Mi marca me mata
Reinventarse es una obligación, no un capricho
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Soy de las personas que piensan que lo nuevo siempre es mejor. Que para los nacidos en los 70’s, reinventarse es una obligación, no un capricho. Basta con observar a las grandes marcas para ver cómo han ido adaptando su esencia de marca y su identidad visual a los nuevos tiempos.
«Adaptarse o morir»
Puede que sea deformación profesional, pero jamás he llegado a comprender el gran temor que inspira realizar un rebranding en algunas empresas que, en ocasiones, prefieren aferrarse a una identidad obsoleta antes de rejuvenecer su imagen, a pesar del momento altamente competitivo en el que vivimos.
Dejar de invertir recursos en posicionamiento de marca puede acabar forzando a una empresa a competir únicamente en precio, y como consecuencia erosionar márgenes lentamente o peor aún, de manera fulminante si aparece otro adversario con una marca más fuerte y un precio competitivo.
Identidad visual y estrategia de marca van unidas y aferrarte al pasado puede ser terminal.
«No necesitamos cambiar nuestra marca porque no vamos a hacer publicidad», «Le tenemos mucho cariño a nuestra marca, la diseñamos nosotros cuando creamos la empresa», «Mis clientes son técnicos y el diseño no lo valoran», esta frase es una de mis preferidas ¿Nadie se ha planteado que un técnico es una persona que elige por emociones como todo el mundo? Al salir de su trabajo hablará desde su iPhone, conducirá su Audi y tendrá su casa domótica si puede permitírselo. ¿Cómo que no le importa el diseño?
Un rebranding es sobre todo una oportunidad, es la gran oportunidad para posicionar tu marca y dejar de competir por precio. ¡Conseguir dejar de ser generalista para ser especialista!
Hoy, las marcas de éxito han dejado de solucionar un problema al consumidor para formar parte de su estilo de vida, de ahí la frase que ya habréis oído:
«¡El cliente ha muerto, comienza la era de los fans!»
Se definen por ser marcas UGC (User Generated Content) porque consiguen que sus Fans hablen por ellas en vez de hablar ellas de sí mismas.
Mientras tanto el consumidor busca en las marcas un trato de tú a tú y que las marcas devuelvan a la sociedad parte del beneficio que han obtenido. A partir de estas claves la forma de conseguir una marca de éxito no parece tan difícil.
Realizar un rebranding es algo más profundo que realizar un restyling del logotipo. Es un proyecto muy importante que sin duda puede ayudar a vender más. Comenzar planteando preguntas sobre el posicionamiento es el mejor inicio: ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago? ¿Para quién lo hago? ¿Qué me hace diferente? Analizar la situación de la empresa, cuáles son los objetivos, proyectar lanzar algún producto nuevo o encontrar un nuevo target de clientes son puntos clave a tener en cuenta.
A continuación trabajaremos en cuatro pilares fundamentales.
#1 La personalidad de la marca
Conseguirá que los clientes interactúen con la marca y vivan la experiencia que representa.
#2 El diseño y el manual de la marca
Con el que conectaremos con los clientes de tú a tú.
#3 El tono de comunicación
Admitámoslo, en general preferimos no tener que pensar. Nuestro cerebro quiere ahorrar energía y lo último que deseamos es que una marca nos haga pensar. Pero si en vez de pensar nos propone un juego.. ¡eso es otra cosa! No hay nada más estimulante que un RETO.
#4 Plan de Customer Lifecycle
Examinamos el ciclo completo, desde la captación de nuevos clientes potenciales hasta la atención post-venta al cliente. Cierra el ciclo de la experiencia de marca y se asegura que la promesa de marca se cumple.
No cabe duda que realizar un rebranding tiene muchas y cuantificables ventajas.
Marga Moreno
CEO